lunes, 19 de octubre de 2009

mi burbuja

los momentos de mi dia en los cuales me encierro en mi burbuja son varios, pueden ser cuando me vuelvo caminando sola del cole o cuando escucho musica,generalmente cuando estoy por dormirme en mi cama o es mientras me baño otro momento es cuando viajo o voy a algun lugar en auto-Mica Carbone

domingo, 18 de octubre de 2009

UNA JUGADA QUE LE IMPIDIO A INSTITUTO LLEGAR A LA PUNTA

La jugada se dio cuando el partido se moría(42 minutos del segundo tiempo) y significaba la victoria para Instituto. Córner para Quilmes, la pelota hace una comba y el línea levanta la bandera porque SUPUESTAMENTE la pelota había salido. El árbitro Sabino ignoró el llamado de su asistente y hizo seguir el juego. Instituto se fue de contra y la defensa de Quilmes despejó la pelota al lateral. En ese momento el linea debió bajar la bandera porque se considera una nueva jugada, es decir que para el juez la pelota no salió y entonces continuó el juego. Instituto hizo el lateral y la Chancha Leandro Zárate anotó el tercer gol del encuentro que le daba la victoria a su equipo. Sin embargo Sabino miró al juez de linea , quien aún seguía con la bandera levantada y decidió anular el tanto. El error del árbitro no fue no haber mirado al línea, sino que nunca se dio cuenta que la pelota salió, que Instituto hizo el lateral por lo que era una nueva jugada y la del córner quedó en el olvido. Con esta jugada polemica instituto se pierda la posibilidad de sacar 3 puntos y alcansar la sima del campeonato de la B nacional

Noches Brillantes

“El suave vaivén de los cuerpos al danzar.

El movimiento de una copa llena a rebozar.

Las miradas cómplices a la hora de brindar.

La felicidad reinante pese a la triste noticia.

Las risas resonando por doquier.

Las lágrimas guardándose para el final.

El adiós que no se quiere ni pensar.”

Su mirada vidriosa perdida en el cielo, sus manos abrigándose en los bolsillos de su sobretodo, sus pies apoyados sobre la tierra, y la cabeza divagando en sus pensamientos.

¿Por qué no tiene la mente sobre lo que lo rodea? Parece tan perdido…

Sin embargo, se da la vuelta hacia mí, y sus labios se mueven sin decir nada… camino hacia el.

- No pude escucharte- dije- ¿Qué dijiste?

- Nada… no dije nada.- respondió abrazándome

Era yo quien ahora se encontraba con la mente en el cielo.

Permanecimos un rato así, hablando de cosas que nos resultaban interesantes, sobre filosofía y moral, sobre las ultimas novedades en tecnología.

Me sentí feliz de poder encontrar ese espacio en el cual ambos nos sentíamos cómodos.

Hable de las cosas que me gusta escribir, y el respondía con alguna critica sobre mis trabajos.

- ¿Tengo que interpretar que soy como una musa?- dijo riéndose.

- ¡Jajajaja, podrías decirlo así!- respondí sonriendo. – Eres como una musa, sí.

- Pero las musas usualmente son inalcanzables.- mencionó.

- Ahí es donde dejas de ser un sueño y te vuelves realidad.- giré para verlo y lo besé.

- Prefiero mil veces ser tangible entonces, princesa.- dijo y luego me apretó fuerte contra sí.- Te amo princesa. Me haces sentir tan feliz y tranquilo. Me haces depender tanto de ti…

- Entonces soy como una adicción, ¿verdad?- inquirí entre sus brazos

- Eres lo que mas quiero en el mundo, y lo más importante que jamás he tenido.

Sin buscarlo, mi corazón saltó de mi pecho y las lágrimas comenzaron a aflorar.

El me miró con curiosidad y sonrío tiernamente. Luego preguntó:

- ¿Por qué lloras?

- Lloro de felicidad… soy muy feliz…

Como si de repente la noche se hubiese acordado de que era año nuevo, miles de fuegos artificiales aparecieron en el cielo y la noche entera relució como un diamante.

- Quiero más noches asá para estar contigo.- le comenté sintiéndome muy infantil.

- Yo también quiero más noches brillantes.- dijo el, volviéndose al techo lejano de nubes oscuras.

jueves, 15 de octubre de 2009

Mi Burbuja

Mi Burbuja perfecta fué, es y seguirá siendo mis mejores amigos, Nicolás y Sofía.
En ellos puedo confiar, contarles todo lo que me pasa, puedo llorar, gritar, patalear y reflexionar con ellos, sólo tengo q llamarlos por teléfono o simplemente verlos y charlar varias horas...
Muchas veces pienso que deben de estar hartos de mí, pero yo se que en las buenas y en las malas, siempre están y siempre estarán. Me bancan en muchas cosas, me ayudan mucho, muchísimo, me dan consejos en los momentos justos y si estoy muy mal me dan los abrazos y la palabras justas y necesarias para hacerme sentir Felíz...
Mi burbuja es PERFECTA, creo que si no tuviera a uno de ellos o a ninguno conmigo sería la persona más triste del mundo, porque sin mis amigos no sería la persona que realmente soy, les debo MUCHO!
Nico y Sofi, MUCHÍSIMAS GRACIAS por ser mis MEJORES AMIGOS y mi burbuja PERFECTA!!
Carla, 4º A

MI BURBUJA

MI BURBUJA ES CUANDO ME PONGO A ESCUCHAR MUSICA LENTA ASI MEDIO DEPRESIVA Y EMPIEZO A PENSAR Y A PENSAR Y COMO QUE ME LIBERO Y PIENSO EN COSAS QUE ME PASARON O QUE DIJE O QUE DIRECTAMENTE NO PASARON Y ME GUSTA IMAGINARMELAS INVENTANDO ALGUNOS FINALES FELICES QUE NO PASAN, PERO SINO ANTES DE VER CASI ANGELES QUE ME SIENTO EN EL SILLON DE MI CUARTO A OSCURAS AHI TAMBIEN PIENSO, PIENSO Y REFLEXIONO MUCHO. CONSU FERNANDEZ

MI BURBUJA

El momento en que me encierro en mi burbuja y me pongo a pensar en las cosas que me pasaron es cuando me baño,sino cuando me pongo los auriculares con musica y pienso en todo lo que me paso,tambien aveces me pongo en la pieza y apago la luz y me pongo a pensar en todo lo que me pasa generalmente me encierro en la burbuja cuando estoy peliado con algun amigo o familiar
Gabi Goloboff

domingo, 11 de octubre de 2009

Mi Burbuja

El momento en que me encierro en mi burbuja y me pongo a pensar en las cosas que me pasaron es cuando vuelvo caminando de inglés, salgo del gimnasio y vuelvo caminando o me encierro en mi pieza y pongo en el celular canciones tristes para llorar mucho y desahogarme. Pau Bagur
El momento en que me encierro en mi burbuja y me pongo a pensar en las cosas que me pasaron o cuando estoy triste. Es: cuando me acuesto a la cama de noche, y me tapo toda (por si entra mi papa o mi mama a mi cuarto) pongo música depresiva en mi celular, baja; o cuando estoy en el gimnasio y me pongo a pensar en todo....
Ah y feliz cumpleaños a florenshia maidana.

MI BURBUJA.

MI MOMENTO PARA PENSAR ES SIEMPRE DE NOCHE, CUANDO ME ACUESTO Y ESPERO PARA DORMIRME. DUERMO SOLA EN MI CUARTO ASIQUE ES DONDE ESTOY TRANQUILA, ME ACUESTO, ME TAPO HASTA LA CABEZA Y ES CUANDO APROVECHO PARA PENSAR. ME GUSTA, PORQUE EN OTRO MOMENTO NO TENGO LA OPORTUNIDAD DE ESTAR SOLA Y ESE ES EL MEJOR MOMENTO PARA HACERLO. FLOR MAIDANA.

Mi burbuja en el mundo :)

Cuando yo me siento mal o tengo cosas en que pensar lo que hago es acostarme en mi cama y taparme hasta la cabeza y escuchando musica con los auriculares y mi cel. Trato de estar sola en mi piesa y si estan mis hermanas me voy al living o a un lugar donde este sola para poder pensar bien sin tener interrupciones. Mica Ramaccioti

mi burbujaa del mundo

Tengo varias burbujas:
- una es cuando escucho musika.
- Cuando es pero el colectivo o incluso cuando toy arriba.
- Otra es cuando me baño.
- Antes de acostarme a dormir.
- Cuando no tenes nada ke hacer en esos momento ke te vas a una plaza por ejemplo ahii tmb me pongo a pensar en todo.
- Cuando voy por la calle.
jaja bueno tengo otras burbujas pero esas son las mas importantes o en los momentos ke mas piensoo
Anahi sosa (4 año "A")

Mi burbuja .

Cuando necesito un tiempo para pensar en lo que hise mal , en lo que paso duante el dia ,antes de acostarme me encierro en mi piesa , apago la television , apago la luz y habro la puerta del balcòn. Me estiro sobre mi cama y es como si estubiera dormida, comosi soñara con las cosas que hise. Se siente una tranquilidad. En ese momento entro a mi propia burbuja , donde comienza mi tiempo de reflexion .

Mi burbuja

Mi burbuja cuando estoy pensativa o quiero reflexionar : - es ir a bañarmee con musica - cuando me voy a dormir lo mismo , igual con musica siempre . - O si no , cuando es de noche y voy en auto , pienso un monton en lo que esta pasando en mi vida Vicky Rodriguez

burbuja de pensamiento ;)

los momentos de mi "burbujas de pensamiento" aparecen cuando me relajo, cuando no hay ruidos.. en general por la noche antes de dormirme reflexiono sobre mi persona y como estoy viviendo.. otros momentos son: -cuando escucho mi música -cuando me baño -cuando estoy en el campo en el rio y disfrutando de la naturalezaa :) Valen.M

mi burbuja

A la siesta despues de comer es el momento del dia que yo considero como mi burbuja porque me pongo a pensar en muchas cosas, además a veces también escucho musica en ese momento para despejarme y descansar un rato pero siempre reflexionando sobre los problemas que tengo y que es lo que puedo hacer para resolverlos, o sino otra burbuja en mi dia es cuando viajo en un auto de noche siempre me pongo a pensar en muchas cosas y no presto atención al camino. Estos momentos del dia son muy importantes para mi porque me ayudan a reflexionar sobre mis problemas. Sofía Picazzo

Mi burbuja

Cuando necesito pensar sobre distintos problemas, o cosas que pasaron en el día, me pongo mi mp3, porque escucho la musica que me gusta, que me hacen reflexionar, y como tengo los auriculares, no escucho ninguna otra conversación, o algún ruido que me desconcentre, entonces me meto en mi burbuja. Otro lugar en donde llego a concentrarme y estar en mi burbuja es cuando camino por la calle sola, porque no tengo con quien charlar en ese momento, y me pongo a pensar en lo qe paso en el dia. Fernanda Abadia.

Mi burbuja

Yo creo que la mejor burbuja donde uno se puede encerrar en su habitación, por que es donde uno piensa todo lo que le pasa, lo que hizo ese día a la tarde, piensa que le puede decir a la chica que le gusta, y millones de cosas mas se podrian decir. También otra es cuando uno esta caminando solo por ahi llendo a la casa de un amigo o al colegio por ejemplo. Este es el relato de mi burbuja.
Nicolás López

MI BURBUJA

MI BURBUJA
Mi burbuja es mi habitacion porque es donde yo me meto y me aparto de el mundo y empiezo a pensar de todo lo que esta pasando y es en mi cama donde hago la tarea y pienso en lo que paso y lo que voy a hacer.
Aveces cuando tengo ganas de meterme en mi burbuja y no puedo ir a mi habitacion me quedo callado y pienso en el lugar donde estoy.
ignacio sandoval

viernes, 9 de octubre de 2009

mi burbujaa !

No hay mejor burbuja como mi pieza,
estoy sola, puedo escribir o
simplemente pensar en lo que me paso o me pasa en el día,
estar tranquila sin que nadie me moleste. si estoy enojada escuchar música y olvidarle de todo y todos...
sofi, Galindez

Mi burbuja

No hay mejor momento para meterme en mi burbuja que cuando me entro a bañar. Es como si me desconectara del mundo para pensar en lo que hice ese día, en mis problemas, en lo que soñé anoche, en mi fiesta de 15, en mis amigas, en la música que me gusta... También me pongo a pensar cuando me voy a dormir, pero esa burbuja dura menos porque me duermo muy rápido.

Mi burbuja

A la salida del colegio,casi todos los días tengo que esperar en una plaza alrededor de media hora.Durante ese tiempo,es mi burbuja para ver las cosas que hice bien,cuales hice mal,mejorar,pensar en lo vivido..ese es uno de los momentos en los cuales estoy en mi burbuja.El otro es todas las noches,antes de dormir,en donde tambien reflexiono sobre todas esas cosas que viví durante el día.
MI BURBUJA: Yo me pongo a pensar cuando estoy en la parada del colectivo cuando estoy solo....... por una parte para pasar el tiempo y la otra parte para solucionar los problemas q suelo tener. :(. FRANCO SOLIS.
Mi burbuja: Yo me metoen mi burbuja a pensar cuando me acuesto a la noche y siempre me pongo apensar en elgo, sino no me puedo dormir... otro lugar es en la ducha que te relajas y pensas en cosas.... ahi me meto en mi burbuja... Lucas Biasutti

jueves, 8 de octubre de 2009

Mi burbuja

Hace mucho tiempo, aprendí que vivía mi vida con un ritmo acelerado, y que no disfrutaba nada de lo que sucedía. Entonces me di cuenta de que necesitaba mi espacio: Mi primera burbuja y la más importante fue la música, porque cuando me ponía a estudiar en mi habitación colocaba música con el volumen bajo. A veces me distraía de lo que estaba haciendo y me ponía a divagar mirando el techo, tratando de reflexionar sobre lo que pasaba a mí alrededor y sacando soluciones inverosímiles para todos mis problemas. Es mi favorita por que me siento mucho mas cómoda mientras descanso boca arriba tirada sobre algo suave y abrigado. Mi cama, el pasto del jardín, un sillón amplio para estirarme, e incluso recostarme sobre una pared de mi terraza mirando como en el cielo las nubes se acumulan y se separan, mientras el calorcito de los rayos del sol me hace entrar en un sopor que luego me duerme. Esa es mi burbuja perfecta. La segunda y la que más tarde se convirtió en algo mucho más especial, fue mi cuaderno y el teclado de la compu; porque me sentaba a tipear o rayar pantallas y hojas para dejar algún que otro garabato mío en mi fotolog (que pese a tiempo que tiene, aun lo sigo usando ^^) para que alguna persona lo leyera (pasaba pocas veces =_=). Era, es y será la que mas me identifica, porque es la burbuja que me regalo un ilusionista, un refugio de palabras que eran y serán solo mías por es simple echo de haberlas pronunciado fuera por el motivo que fuera. Y por ultimo, mi refugio más buscado es una noche en la que se pueda ver una tormenta eléctrica, con rayos y centellas surcando el cielo. Como no pasan seguido, es bastante escasa la cantidad de veces que puedo pensar durante una tormenta. Me encanta ver como el cielo se ilumina y parece que se prende fuego y en un segundo te da a sensación de que es de día. Esas noches, me siento frente al escritorio y abro la persiana para ver através de la ventana. A veces me siento muy sola, pero mientras más tranquila estoy mas puedo detenerme a pensar en mi misma y en mi vida. Me gusta poder en algún momento acordarme de mí, y ponerme a razonar o simplemente descansar un poco, inmersa en una hermosa paz interior. (Imagen sacada de Deviantart)

domingo, 4 de octubre de 2009

La noche del cambio

Prefacio:

Hay mucha gente que piensa que el alma no existe. Yo era una de ellas. Y ahora rememoro todos los errores de mi vida, mientras veo aquella cosa maloliente que palpita en las manos de mi tentador.

Capítulo 1: El Atardecer

Ella era diferente a mí, muy diferente. Esos anteojos gruesos y ese pelo todo enmarañado no podían comparase con mis ojos verdes y con mi pelo rubio lacio. Ese fue el motivo por el que la empujé, porque quiso estar a mi altura. Esas chirusas no saben a donde pertenecen. Cuando empujé a Alicia, mis amigas se rieron conmigo.

- ¡Bien hecho Mica! – me dijo Rosa. Jessica y Victoria no podían parar de reír. Eso era obvio, ellas debían reírse cuando yo hago algo gracioso, todos saben que es así.

- ¡MICAELA RODRÍGUEZ! – me gritó el preceptor, que había surgido de algún punto del patio, como siempre. Le tendió la mano a Alicia, la ayudó a levantarse y a tomar todos los libros que estaban desparramados por el suelo, que llevaba en la mano como muy cerebrito que es.

- No me llame por mi nombre completo, soy Mica – le respondí, rebajándolo. Que lástima, era lindo, pero defensor de los pobres y casado con hijos. Me dí vuelta mientras ayudaba a Alicia a volverse a levantar ya que esta se había caído otra vez y eso había sido producto de numerosas risas por parte de mis amigas. Le tendí mi mochila a Rosa para que me la llevara y me dirigí a la salida del cole. Hoy iba a ver a mi novio y quería llegar temprano.

Paré un taxi y Rosa me dio mis cosas, yo cerré la puerta sin siquiera saludarla. Le dije la dirección al conductor y miré por la ventanilla. Me puse a pensar en los últimos días que había estado con él. Las cosas no marchaban bien. Habíamos sido novios desde la primaria y éramos inseparables. O eso creía. Desde empecé la secundaria en el cole nuevo, él siempre me dice que cambié, que soy diferente. Yo no lo veo así. Simplemente, ascendí de rango.

Me bajé del vehículo y toqué el timbre en la casa de mi novio. Él abrió y no se sorprendió al verme.

- ¡Emi! – lo saludé, tirándome a sus brazos. Su nombre es Emilio, pero como ese nombre no me gusta, yo le digo Emi.

- Mica – dijo, sin ningún entusiasmo en la voz - ¿Podemos hablar?

Oh, no. Temía escuchar esa frase, pero sabía que en algún momento ocurriría. Aunque sabía lo que eso significaba, lo seguí hasta su habitación. Nos sentamos en su cama.

- Mica, vos sabés que yo te quiero, pero siento que esto no funciona, bueno, no desde que te cambiaste de colegio… Estás realmente cambiada, vos no sos la Mica que yo conocí.

- ¿Estás terminando conmigo? – le pregunté, lisa y llanamente. Él me miró a los ojos y luego bajó la mirada.

- Sí, por lo menos, hasta que no vuelvas a ser la misma de antes.

Me levanté de un brinco y le dije:

- Bueno, entonces es todo, soy así y no voy a cambiar solamente por un chico más.

Emi también se levantó.

- ¿Así que eso fui para vos? ¿Sólo un chico más?

- ¡Sí, eso fuiste! – le grité. Estaba que reventaba.

- Te voy a decir lo que sos vos, tal vez no te guste, pero ya es tiempo que alguien te ponga los puntos sobre las i. Sos una chiquita caprichosa, que se produce y maquilla sólo para caerle bien a los idiotas de ese colegio. Llegó el momento de que te des cuenta. Tus amigas, no son tus amigas y no sé como no te das cuenta todavía de eso.

Le pegué una cachetada y salí de su casa. No iba a llorar, yo no lloro porque llorar es de débiles.

Seguí caminando hasta la avenida, mientras el atardecer teñía a la cuidad de naranja.

Capítulo 2: La noche sin luna.

- ¡¿Emi cortó con vos?! Imposible – me dijo Victoria.

- En realidad, yo corté con él – le respondí. Tenía toda la historia armada. No iba a admitir que él me había cortado a - No sabe de lo que se pierde.

- Eso es verdad. Seguro que ahora vas a tener un montón de pretendientes – dijo Rosa, mientras me guiñaba un ojo. Eso era verdad, ahora podía elegir entre tantos chicos que estaban esperando el día que cortara con mi novio. Eso sí, debía de ser lindo, porque sino, no es candidato para mí.

- Esta tarde tengamos una salida de chicas – propuso Jessica. Apenas lo dijo, Rosa y Victoria se le unieron. La verdad, es que no tenía ánimos para salir, pero era la mejor manera de olvidarme de Emi, así que acepté.

Una vez en casa, abrí mi ropero para elegir la ropa que me pondría esa tarde. Empecé a probar conjuntos, pero nada me complacía. Al final, después de haberme probado un montón de ropa, grité:

- ¡Mamá! ¡No tengo nada para ponerme!

- ¿Cómo que no? La semana pasada te compré un conjunto precioso –

- Esa ropa está pasada de moda, no me gusta – le repliqué. Ella me miró, dolida, y luego su expresión se convirtió en enojo.

- Bueno, ponete lo que tengas, porque yo no voy a seguir gastando plata en ropa y zapatillas de marca cuando tenes un ropero lleno sólo para vos. Por lo menos podrías sacar la ropa que no uses y regalársela a los pobres.

- ¡No! Ni borracha le regalo mi ropa a esos mugrosos.

- ¡No te permito que hables así! ¿Desde cuando le decís mugrosos a las personas indigentes?

- ¡Desde siempre!

-¡Antes no eras así y…!

- No digas que estoy cambiada porque eso ya me lo dijeron – la interrumpí – Y no es verdad, ¡yo siempre fui así!

Le cerré la puerta en la cara y me tiré en mi cama. Oh, no. Otra vez las ganas de llorar. No le iba a dar con el gusto, no a esa guacha que se hace llamar mi mamá, así que prendí mi equipo de música y le subí el volumen. Me tiré en la cama y cerré los ojos.

Me desperté con el sonido del celular. Lo prendí y vi que tenía como diez mensajes de Jessica, Victoria y Rosa.

Mica: ya llegamos. Te estamos esperando.

Jess

Mica: ¿dónde estás? Hace media hora que estamos acá

Rosa

Mica: no sé si tendrás roto el celular o cualquier otra cosa, pero nosotras nos vamos.

Victoria.

Esos eran algunos de los mensajes.

Perfecto. Me había quedado dormida y había dejado plantadas a las chicas. La verdad, ¿qué importa?, ellas son sólo unas más. Miré la hora, eran las doce y media de la noche. Qué extraño, cuando me quedé dormida eran las doce del mediodía, yo nunca duermo tanto. No había luz afuera, así que prendí una lámpara, pero se había cortado la luz.

- ¿Mamá? – nadie respondió. Cuando me estaba a punto de levantar para ir a la cocina, me sonó el celular. La musiquita que indicaba que había recibido un mensaje me sonó extraña en la oscuridad. Tomé mi teléfono y lo prendí:

Estamos llegando.

No sabía de quien era, no estaba firmado. Supuse que era mi mamá que había salido a comprar algo y todavía no había vuelto, pero no a esa hora.

En ese momento, sentí un pequeño golpeteo en la pared de mi pieza. Ese golpeteo se fue haciendo cada ve más fuerte y más, y más, hasta que resultó ensordecedor. Me tapé los oídos y me acurruqué en un rincón. La pared de donde provenían los ruidos se empezó a resquebrajar hasta que se rompió.

Lo que vi detrás no lo esperaba. Era un pequeño prado, con unos cuántos árboles verdes.

Todo estaba muy oscuro, ya que hoy, era luna nueva.

Capítulo 3: El Eclipse

Me asomé lentamente por el hueco que había en la pared. El golpeteo había pasado y ahora todo era silencio. Me temblaban las piernas, pero lo mismo seguí. Cuando salí afuera, me agaché para tocar el pasto. Debía saber si eso era verdadero, si no estaba soñando, pero el césped era al tacto, igual al que había en mi patio. Probé con pellizcarme, pero lo mismo sentí el dolor en mi brazo. No tenía ninguna explicación racional para lo que estaba viendo, no lo podía entender. Tenía ganas de volver a mi pieza y meterme entre las sábanas, pero cuando me dí vuelta, ésta había desaparecido.

Me desesperé, salí corriendo hacia cualquier dirección, clamando por ayuda, pero nadie acudía. ¿Dónde estaba? ¿Qué es todo esto? Esas preguntas rondaban por mi cabeza y no podía contestarlas. Cuando me cansé de correr, me tiré al suelo y me acurruqué, tenía miedo, estaba asustada.

En ese momento, una mano de dedos largos y llenos de verrugas, me ayudó a levantarme. Me dio asco. Al tacto era seca y sus uñas largas me lastimaron. Cuando vi a la persona que me había tendido su mano, pegué un grito. Una bruja, o al menos, eso fue lo primero que pensé. Tenía una nariz larga y estaba llena de arrugas. Sus cabellos blancos estaban despeinados e iba vestida con unos harapos negros.

- No tengas miedo – me dijo con una voz rasposa, pero que parecía maternal – Ya estás a salvo conmigo.

- Lo si-si-siento, estoy perdida, ¿me podría decir en dónde me encuentro? – le pregunté con voz temblorosa.

- Estás a las afueras de Boca del Lobo, ¿quieres pasar la noche en mi casa? No creo que encuentres el camino de vuelta a la tuya de noche.

No sabía si aceptar o no. Por un lado, ella tenía razón, pero por el otro, no sabía nada de ella. No sabía si era peligrosa o no. Tenía frío y hambre, así que decidí aceptar su invitación, aunque sea, por esa noche.

- Me alegro de que aceptaras – me respondió, luego de que le dí a conocer mi respuesta – Mi nombre es Ema.

Me guió por la intensa oscuridad, hasta que pude distinguir un grupito de casas muy humildes. No había luz eléctrica, sólo pequeñas velas en los alfeizares de las ventanas. Pasamos unas cuantas cuadras, hasta que llegamos al hogar de Ema. Era una pequeña casita de techo de chapa y las paredes estaban recubiertas con lona.

La señora entró y yo me quedé ahí, mirando con cara de asco.

- Vamos, entra – me dijo.

- Ni loca entro en esa choza – le respondí. Ella no hizo otra cosa más que sonreír, a tal punto que me asustaba.

- Bien, duerme afuera, total a mí no me produce ningún mal – y dicho esto, cerró la puerta, si es que se le puede llamar puerta a una cortina.

Caminé por la calle buscando una casa decente para pedir albergue, pero todas eran al estilo de la de Ema. Al final, estaba tan agotada que me senté en un banquito que había al final del pueblo. Tenía frío y mucho miedo. No sabía que era todo esto, ni que había pasado con mi casa. Me estaba adormilando mientras pensaba en todo esto. Al final, no sé si será por delirio provocado por el sueño, dije en voz alta:

- ¿Se sentirá así dormir en las calles?

Y me quedé dormida.

A la mañana siguiente, me desperté con las risas de unos chicos. Cuando me levanté, sentí un dolor agudo en el cuello por haber dormido en mala posición. De a poco fui recordando todo lo ocurrido el día anterior y miré a mi alrededor. Seguía estando en Boca del Lobo, sólo que ahora era de día. Me agarré la cabeza y grité. Era la única forma que tenía de desahogarme.

- ¡¿Qué es lo que pasa?! ¡¿Dónde estoy?! ¡¿Qué pasó con mi casa, con mis cosas, con mi familia?!

Unos niños que pasaban por ahí, se echaron a reír y empezaron a burlarse de mí. Entré en cólera y les grité a ellos también.

- ¡¿De qué se ríen mugrosos?! ¡Idiotas, váyanse de acá! –

Los chicos se rieron con más ganas y uno de ellos me empujó.

- ¡No saben con quién se están metiendo! ¡Soy Micaela Rodríguez! – seguí gritándoles. Pero no tenía nada de efecto en ellos, al parecer, ya no tenía autoridad. Quería salir corriendo y lo hice, pero mientras andaba pensé para mis adentros “¿Esto era lo que Alicia sentía cuando yo la molestaba?” Y me sentí muy mal.

Seguí caminando por el pueblo, tenía mucha hambre y sed. Por el camino me encontré con Ema. Ella me reconoció y me dedicó una sonrisa. A la luz del sol, no parecía tan fea, así que le devolví la sonrisa, pero al mismo tiempo me rugió el estómago y ella lo escuchó.

- Te debes estar muriendo de hambre – me dijo. Yo asentí lentamente con la cabeza – Vamos a mi casa a comer algo.

Esta vez la acompañé sin cuestionar y entré a su humilde morada. Me ofreció una silla y me dijo que esperara mientras cocinaba. Mientras Ema estaba en la cocina, miré a mi alrededor. El comedor y la habitación estaban en la misma pieza, por lo que podía ver su cama. Tenía un edredón todo roto y sucio, y encima de una silla, estaba la poca ropa que tenía. Me hizo acordar a mi ropero todo lleno de ropa de marca, pero que para mí no era suficiente. Y me sentí mal.

En ese momento, todo se oscureció. Miré para afuera, y me llevé una gran sorpresa: era de noche. Salí de la casa, y miré al cielo. Allí había una luna, redonda y grande, pero que estaba oscura en una pequeña parte. Un eclipse. Quise llamar a Ema, pero cuando me dí vuelta, allí estaba ella, mirándome fijo. Ya no tenía esa cálida sonrisa suya y tenía los ojos serios.

- ¿Has aprendido algo? – me preguntó. Yo no supe de qué me hablaba.

- ¿De que…? – no pude terminar la pregunta, porque algo horrible estaba pasando.

Ema estaba sufriendo una espantosa transformación. Sus brazos y piernas se alargaron mientras se hacían cada vez más fuertes y musculosas. Su cabeza se deformó y le salieron dos cuernos. Su nariz se alargó y dejó de ser aquella frágil ancianita. Al final, de algún punto de su cuerpo empezó a salir un tinte rojo que se empezó a desparramar como la tinta, mientras la cubría completamente.

Me cubrí los ojos con las manos para no mirar, pero la curiosidad pudo más. Me hallaba frente a alguien que nunca creí que existiera. Temblé de pies a cabeza cuando los ojos inyectados en sangre de Satanás me miraron. En su cabeza lucía una corona de fuego, entre sus dos cuernos.

- ¿Has aprendido algo? – me preguntó con una voz potente y dura. Me quedé paralizada, no podía moverme. Él se acercó a mí y metió la mano en mi pecho. Sentí un dolor agudo y no pude reprimir un grito. Me había traspasado y ahora hurgaba dentro de mí. Al final, sacó algo. Un objeto con forma de piedra, sostenía el diablo. Aquella cosa estaba cubierta por un líquido negro y sucio. Su hedor me llegó, pero no hice nada, no sentía nada. Aquella cosa maloliente palpitó y lo comprendí. Aquella cosa era mi corazón y el líquido que lo cubría era mi alma. Por eso no podía sentir nada, porque me había quitado el alma.

Satanás volvió a poner mi alma en su lugar y pude sentir. Sentí dolor, no físico, sino emocional. Y lloré.

- ¿Has aprendido algo? – volvió a preguntarme. Yo asentí, mientras me cubría los ojos bañados en lágrimas. Se sentía bien llorar, me sentía liberada, y seguí llorando, tanto, que no noté la oscuridad reinante por el eclipse total que tapaba a la luna.

Capítulo 4: El Amanecer.

Me desperté llorando. La almohada estaba toda mojada, pero a pesar de todas las lágrimas derramadas, sentí una gran alegría. Aún tenía tiempo de cambiar. Hoy era otro día.

Abrí las ventanas y miré el amanecer que iba iluminando de a poco toda la ciudad, y borrando todo vestigio de oscuridad. Sonreí, hoy era otro día de escuela. Me vestí sin producirme mucho y salí corriendo a la cocina. Le preparé el desayuno a mi mamá y se lo llevé a la cama. Era tan hermosa durmiendo, nunca lo había notado, así que no la quise despertar y le dejé la bandeja en la mesita de luz.

Tomé el desayuno y sentí el bocinazo del transporte que siempre me venía a buscar. Me paré y repasé los planes que tenía para todo el día. Le pediría perdón a Alicia e invitaría a las chicas a juntarse conmigo. Juntaría la ropa que me sobraba y se la daría a una iglesia. Y lo mejor venía para el final. Visitaría a Emi y me reconciliaría con él.

No sabía si el día me alcanzaría, pero ahora tenía todo el tiempo del mundo para arreglar mis errores.

Y sonreí, mientras caminaba mirando el amanecer.

Maia Fernández