El acoso invisible

"Bullying" es una palabra inglesa usada para designar el acoso y el maltrato, un fenómeno común entre los estudiantes. ¿Qué podemos hacer frente a una de las formas más solapadas y extendidas de la violencia en la escuela?
“Fui victima de bullying desde la primaria. Me sentía molestada, ofendida por mis propios compañeros. Cuando era muy chica tuve parálisis cerebral, que me dejó secuelas. Por eso tengo dificultad para caminar”, recuerda Yas, entrevistada por los ganadores del certamen nacional “Periodistas por un día”, que organiza el Ministerio de Educación de la Nación.
¿Qué es?
El hostigamiento o bullying es el comportamiento de insulto verbal (poner apodos, burlarse), rechazo social, intimidación psicológica (hacer vacío, aislar a la víctima, difundir rumores), y/o agresión física (golpear, romper pertenencias, robar, obligar a alguien a hacer lo que no desea) de uno o varios niños hacia otro.
No todo acto agresivo es bullying. Se tienen que dar determinadas condiciones: una víctima, objeto de los ataques reiterados; desigualdad de poder, ya que siempre hay un “fuerte” que se impone ante un “débil”; y repetición de la agresión durante un tiempo prolongado.
¿Quiénes participan?
El agresor, suele ser imponente físicamente o manipulador, con escasas habilidades sociales para comunicar y negociar sus deseos. La víctima, por lo general es insegura, con baja autoestima y dificultades para salir por sí misma de la situación que está padeciendo. Una mayoría silenciosa compuesta por el resto de los compañeros que, muchas veces, teme pasar a ocupar su lugar por defender a la víctima.
¿Qué podemos hacer?
“Primero debemos conocer las particularidades de lo que está sucediendo en cada escuela. De todos modos, cualquier método que sirva de comunicación para las víctimas será bueno porque romperá el mayor aliado de los agresores, que es la ley del silencio”, señalan los especialistas, “La respuesta de la escuela debe ser educativa”, asegura Alejandro Castro Santander, profesor de la Universidad Católica Argentina. Para prevenir y enfrentar el problema, propone tener en cuenta tres prioridades:
1) Confeccionar o rever las normas de convivencia y los sistemas de sanciones.
2) Incorporar en el currículo oficial a la Competencia Social (reforzamiento de habilidades sociales y de resolución de problemas).
3) Capacitar a los docentes para abordar este fenómeno.
“El bullying es un síntoma de lo que pasa en lo social y cultural”, explica a clik! Marcela Aguirre, psicoanalista de Centro Dos, entidad especializada en violencia escolar. “Es preciso hacer algo –añadió- sobre todo, en relación a la transmisión de valores como la tolerancia; pensar las particularidades de los grupos, hacer que la diferencia los enriquezca y trabajar con lo que desde la pedagogía se conoce como ‘Conocimiento Significativo’, que se da cuando las reflexiones éticas son puestas en práctica por los chicos”.
Más información en clickdigital.com.ar .
Escrito por: Iván Márquez