sábado, 25 de julio de 2009

Un día soñado

8:20 am. Se despertó luego de una noche difícil. Los nervios la habían acompañado cada minuto, cada segundo. La ansiedad, una sensación que le pasaba por el cuerpo. Se paseó por su cuarto en silencio, mirando de reojo esa foto que tanto le gustaba a su abuela, la de la primera actuación, con el primer traje, con las primeras zapatillas... hace tanto tiempo. La niña que le sonreía desde el portarretrato, esa que se veía tan despreocupada, era la misma que moría de nervios en la penumbra de la habitación.

El reloj dio las 8.30 y la alarma comenzó a sonar. Un segundo después su mamá entraba frenética dispuesta a levantarla. Pero la encontró ya empezando a vestirse. La niña terminó de ponerse su malla, sus cancanes rosas y sus zapatillas de ballet. Levantó la mirada y su madre pudo ver el miedo en sus ojos. Se acercó y la tranquilizó con un fuerte abrazo.

- Todo va a salir bien, tranquila – le dijo – bajemos a desayunar.

Sin responder, la niña le dio la mano y bajaron juntas al comedor. Después del desayuno revisó el bolso para asegurarse de que todo estuviera en su lugar. Ya en el auto, rumbo al teatro, trató de relajarse. La audición era muy importante y no sabía con lo que podía llegar a encontrarse. Le intrigaba saber cuantas bailarinas intentarían formar parte del ballet, cómo serían los jurados y el lugar.

Al llegar, descubrió que había muchas chicas de su edad esperando su turno. Se acreditó y comenzó a calentar. El lugar era amplio, luminoso. Había un gran ventanal a través del cual se podía ver un árbol que comenzaba a florecer. La luz pasaba entre las hojas y esto generaba un cálido ambiente.

De pronto, una mujer muy seria llegó al lugar y comenzó a tomar lista. Las niñas se sentaron a su alrededor y comenzaron a pasar una por una. Ella era una de las últimas, por lo que tenía que esperar un buen rato. Todas estaban muy nerviosas y la niña a su lado comenzó a hablarle.

- Hola. ¿Cómo te llamas?

- Soy Ana. ¿Vos?

- Emma.

Con estas simples palabras comenzó una larga conversación. La pasión por la danza las unía y pronto se contaron muchas cosas de sus vidas y cómo habían llegado a tan importante audición. Ana pudo descubrir que su compañera tenía una vida muy extraña. Le contó que venía de un lugar lejano donde no había adultos y cada uno de los niños nacía con una virtud. La de ella era poder bailar como los ángeles en el cielo.

Emma tenía una figura increíble. Era realmente bella. Tenía el cabello rubio como los rayos del sol y unos grandes ojos azules como el mar. La profundidad de su mirada desconcertaba a Ana y su voz era de una dulzura inexplicable. Emma parecía en verdad de otro mundo.

De repente la señora que unos momentos atrás había tomado lista llamó a la siguiente: Emma Danzante- dijo. Emma se levantó y camino hacía el centro del salón. Sonrió al jurado y comenzó a sonar la música. Ana y el resto de las participantes no salían de su asombro al ver lo que esa muchacha estaba haciendo. Emma parecía flotar en el aire, cual un hada o un ángel. Sus pies se movían tan ligeramente que uno creía no verlos. La ternura en sus ojos y una amplia sonrisa completaban el cuadro. Emma llenaba el lugar de luz.

Tanto Ana como el resto de las chicas se llenaron de una gran desilusión. Sabían que frente a lo que acababan de ver, nada podían hacer. No podrían superarla. Los ojos de Ana comenzaron a humedecerse, y mientras la primera lágrima rodaba por su mejilla empezó a sentirse algo rara... como si todo fuera parte de un largo sueño.

8:20 am. Se despertó luego de una noche difícil. Los nervios la habían acompañado cada minuto, cada segundo...

ANTONELLA MOLA. foto tomada de : http://www.larepublica.com.uy/publicaciones/101/20070731/images/267754_0.gif

2 comentarios:

Blog de 4º dijo...

fran perdon por la hora pero pense que se podia hastas las 10

Blog de 4º dijo...

Perdonada...además, ¡el relato está buenísimo!
Muy bien Antonella. Lo corregimos el jueves. Bien también por citar la fuente de la imagen.
Saludos,
el profe.