jueves, 18 de junio de 2009

El museo: Cuando me desperté eran las 2:00 pm, del día sábado, otro día más de mi asquerosa vida. Mi compinche de actividades nocturnas me esperaba como siempre en nuestra guarida de encuentros ya que por razones de confianza vivíamos en guaridas separadas; nunca se sabe cuando lo van a traicionar a uno. Llegue tarde, el se encontraba sentado en la mesa esperándome furioso por el retardo. Nos pusimos a planear nuestros próximos ataques, ya que para obtener mejores ganancias realizábamos nuestros labores por separados y luego dividíamos las ganancias equitativamente. Cuando terminamos de planear era tarde, me fui a bañar y luego de recibir un llamado de mi compinche cambie de planes. El dijo: en la calle gato perfumado se encuentra un museo, al cual nunca nadie a podido entrar ya sabes lo que enes que hacer. Entonces me puse mi famoso traje negro de robo y tome mi mochila ya preparada. Me dirigí hacia el museo que se localizaba a dos cuadras de mi guarida en mi auto, el cual estacione en el callejón que esta al lado del museo allí encontré una entrada secreta. Al entrar me di cuenta de que me avían tendido una trampa, por que todo había sido muy fácil. Pero estaba preparado para cualquier cosa: en mi mochila traía pistas falsas (elementos que avían sido tocados por mi compinche, el que seguro me avía tendido la trampa). Las coloque en lugares estratégicos. Sabia que el detective estaba en el museo buscándome, entonces después de dejar las pistas falsas, tome lo que pude y huí en mi auto hacia mi guarida. Nahuel Piqueras 4b Cuento policial negro.

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