lunes, 1 de junio de 2009

Mi primera vez en rugby

A comienzos de este siglo, apenas tenía siete años. Fue en aquel momento, cuando un amigo de mi barrio me invitó a jugar el deporte más apasionante de mi vida: “el rugby”. Con la ayuda de mis padres fui a probar de qué se trataba ese deporte tan desconocido para mí. Me vistieron con una camiseta rayada blanca y negra. Ese primer sábado me levanté temprano, muy nervioso porque no sabía lo que se venía. Recuerdo cuando entré al club que las canchas eran enormes y sin fin, también recuerdo un intenso cosquilleo que me subía por las piernas al estar dentro de un grupo de chicos a los que debía adaptarme y no sabía, en aquel momento, que estaba conociendo a un gran grupo de amigos que aún conservo; a los cuales les debo su confianza, amistad, compañerismo y respeto. Empezaron siendo simples juegos donde el objetivo era atrapar a “la ovalada”; con el paso del tiempo empecé a tomar más confianza con el juego y con el club. Este me enseñó, junto a mis entrenadores, que debíamos tenernos respeto mutuo y no abandonar a nuestros compañeros jamás, que las peleas en la cancha se quedaban en la cancha, que el tercer tiempo se comía con el equipo contrario, que importaba más divertirnos en la campo de juego y no el resultado, que si estábamos mal por haber perdido un partido saliéramos de él con la cabeza en alto y que pase lo que pase el quipo del “Tala” tenía que seguir adelante. Hoy, viendo el tiempo transcurrido me doy cuenta que el rugby no es sólo un deporte, sino un formador de personas en valores y actitudes. Ojalá que esta historia pueda repetirla con mis hijos como hicieron mis padres conmigo. Justo Miguez Casey Institución Escuti 4º B 2009-05-22

1 comentario:

Blog de 4º dijo...

Excelente texto. Se nota que te apasiona, Justo. Revisá por ahí que me parece que en alguna palabra falta una "e".
Saludos, el profe.