jueves, 28 de mayo de 2009

El Soldado de Plomo

Érase una vez... un niño que tenía muchísimos juguetes. Los guardaba todos en su habitación y, durante el día, pasaba horas y horas felices jugando con ellos. Uno de sus juegos preferidos era el de hacer la guerra con sus soldados de plomo . Los ponía enfrente unos de otros, y daba comienzo a la batalla. Cuando se los regalaron, se dio cuenta de que a uno de ellos le faltaba una pierna a causa de un defecto de fundición. No obstante, mientras jugaba, colocaba siempre al soldado mutilado en primera línea, delante de todos, incitándole a ser el más aguerrido. Pero el niño no sabía que sus juguetes durante la noche cobraban vida y hablaban entre ellos, y a veces, al colocar ordenadamente a los soldados, metía por descuido el soldado mutilado entre los otros juguetes o en diferentes lugares. Un día, cayó de debajo de una alta repisa, y encontró un enorme baúl, sin pesar intento abrirlo y luego de varios intentos lo consiguió. Pero no se dio cuenta de que desataría un terrible peligro al hacerlo, dentro de este baúl se hallaban docenas y docenas de otros soldados de plomo, los cuales habían sido olvidados por el niño cuando le regalaron los nuevos. La noche que siguió al descubrimiento parecía una como cualquier otra los soldados se alistaban para dar comienzo a una nueva batalla, el soldado mutilado al frente de un escuadrón, el mas bravo de todos, la tropa enemiga a cargo de un soldado sumamente inteligente, brillante a la hora de planificar pero un poco cobarde a la hora de ejecutar sus estrategias osadas y arriesgadas, se encontraban frente a frente, pero justo antes de dar comienzo a la batalla, de pronto una lluvia de proyectiles inundaba el campo de batalla, lo mas extraño era que todavía no se había dado la orden de comenzar y ambos generales sabían lo deshonroso que era comenzar a disparar sin haber empezado la lucha. De inmediato las tropas tomaron refugio y los generales pudieron notar que los disparos provenían de lo alto de un mueble, de inmediato calcularon los daños que habían sufrido sus unidades y se prepararon para una inminente guerra, entonces tan rápido como comenzó el fuego cesó. La noche pasó increíblemente rápida, y como el niño no se encontraba en la casa, ambos generales pudieron reunirse, a la luz de la mañana para decir que era esta nueva amenaza y como la enfrentarían. El general mutilado le informo sobre el baúl debajo de la repisa, y pudieron concluir en que sin duda eran soldados olvidados que buscaban venganza de quienes los habían despojado de sus privilegios. Por el daño que recibieron de la fugaz batalla eran claramente superiores en numero a ellos por esto decidieron unirse para lidiar con esta amenaza para luego poder retomar con su propia guerra. En total sumaban 63 guerreros y calculaban que el enemigo tendría alrededor 128 soldados por lo que los superaría en cantidad de 2 a 1. La desventaja era clara pero creían que si combinaban la destreza del general mutilado y la inteligencia de su contra parte podrían resultar victoriosos, sin contar con que sus hombres confiaban ciegamente en ellos dos. Decidieron atrincherarse cerca de unas sillas y en un rincón para evitar un ataque sorpresa por atrás, hasta que decidieran la estrategia para la batalla. Pasada la noche, con varios intentos para tomar su posición por parte del enemigo, pero su estratégica posición los protegió y solo hubo dos heridos, mientras que en las tropas enemigas hubo 5 muertos y muchos heridos, pudieron determinar que su enemigo carecía de estrategia u organización de algún tipo, se notaba que hacia mucho tiempo no entablaban una guerra. Debido a esto decidieron tomar una estrategia agresiva, donde no hiciera falta mas de una batalla para acabar con la guerra. Planearon tender una trampa, donde un simple escuadrón de 15 soldados y algunas replicas de cartón, se ubicaran en el costado derecho del cuarto, rodeado por varias cajas de una altura considerable, algo alejadas de la repisa donde según algunos espías se encontraba la base enemiga. El plan consistía en que las tropas falsas se situaran al al canse del fuego enemigo, de esta forma, convencidos de que las bajas eran considerables enviaran a sus tropas de infantería, cuando estas se ha cercaran los 15 soldados verdaderos dispararían, ya fuera del alcance de las tropas en la repisa, y de las cajas se revelaran 20 franco tiradores y derrivaran por completo la infantería enemiga sin recibir mucho daño. Mientras tanto las tropas de la repisa distraidas por la batalla no verían acercarse por la moldura del cuarto a los 26 soldados restantes que acatarían con esas últimas tropas. La noche de ataque el general estratega tuvo muchas dudas pero el general mutilado le comento de que en una guerra no se duda sino que se actúa, animado por estas palabras participo del ataque, que fue un éxito. Y desde entonces todas las noche se siguen enfrentando pero con el objetivo de mejorar sus técnicas en caso de que surja otra amenaza parecida. Fin Robledo, Juan Ignacio 4º B

1 comentario:

Blog de 4º dijo...

Siempre es inquietante la idea de la vida de los objetos mientras uno duerme...es un excelente texto Juan. Desarrollás la idea de manera muy interesante. Saludos, el profe.