Un día el viejo carpintero de un pueblo, llamado Esteban se le dió por crear un muñeco, ya que él nunca había podido tener hijos, al terminarlo, lo observó y dijo:
- ¡Esta mortal, lo único q le falta es un poco de vida!
El viejo desalentado ya que se dió cuenta de que solo era un muñeco de madera.
Salió en busca de un amor, alguien que lo quisiera, alguien q le pudiera dar eso que tanto buscaba.
El viejo se arregló, se bañó, se puso perfume, se puso ropa a la moda, etc.
Al salir y solo ver rechazos dijo:
- Nunca podré conseguir a nadie que realmente me ame ¡es que soy un viejo feo!.
El viejo volvió decepcionado a su casa, pensando en que haría para que su sueño se volviera realidad, al acostarse en su cama pensó, ¿porque no tener fe en la magia?
y pidiéndole al cielo dijo:
- ¡Como quisiera que ese muñeco de madera fuera un niño de verdad!
Esteban pensando que se había vuelto loco ya, se durmió con una gran tristeza.
A la mañana siguiente sintió un ruido muy extraño en su taller, sus herramientas se estrellaban contra la pared como si alguien las aventara por los aires, sentía risas de un niño. Al llegar a su taller vió a ese niño tan esperado, soñado y creado por él, había tomado vida, muy contento llamó a su vecina para contarle, esta al llegar y escuchar la historia del viejo, fueron a ver al niño. Esteban le dijo:
- ¡Ahí está arriba de esa mesa! ¡Mirá, te esta saludando!
La vecina al no observar nada dijo:
-Viejo loco, me haces perder el tiempo.
Esteban no le dió importancia al comentario de su vecina y siguió disfrutando de su hijo por varios años hasta el día de su muerte.
El barrio recuerda ese día como el día del viejo loco.
Juan De Simone.
1 comentario:
Me imagino al padre de Pinocho exclamando: "¡está mortal!" mientras da ese salto de la imagen, y me a mucha gracia Juan. Muy buen trabajo. Bien redactado, claro y con humor. Saludos, el profe.
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