jueves, 28 de mayo de 2009

UN GRANDIOSO CAVERNÍCOLA

-¡GRANDIOSO! ¡Verdaderamente grandioso! –le gritaron todos a Homo. ¿Por qué? Les cuento: Hace muchísimos millones de años, en la Edad de las Cavernas había, como se imaginarán, un montón de cavernícolas. Homo era un nene simpático y amigable. Tenía dos amigos, Rosco y Pétreo y, como a la mayoría de los chicos de su edad, le encantaba ir a cavernicolear por ahí, es decir, ir de allí para allá, con sus abrigos de pieles de animales y sus garrotes, dando saltos y gruñendo como cualquier cavernícola común y corriente. A la noche, después de haber jugado todo el día, regresaba a su caverna, para refugiarse junto a sus padres del intenso frío nocturno. En fin, así eran los días de Homo. Felices y tranquilos… Pero una noche, Homo tuvo un sueño y a partir de ese momento, ya no pareció ser el mismo… Cuando a la mañana siguiente salió de su caverna, no fue a buscar a sus amigos como siempre, sino que prefirió sentarse al borde de un acantilado a pensar. Algo extrañísimo en él, que era de lo más inquieto. Rosco y Pétreo, al verlo así, tan quieto, decidieron averiguar qué ocurría. -¿Qué te pasa, Homo? –le preguntó Rosco. -Pasa que…- Responde Homo con muecas y gestos con exageración -Digo, si no te molesta… ¿Podrías ser más descriptivo, por favor? –le pidió Pétreo -¡Es que tuve un sueño fabuloso, emocionante! ¡Soñé que descubría algo muy importante para toda la humanidad! -¿Y se puede saber cuál era ese descubrimiento? –le preguntó Rosco -No lo sé. En mi sueño aparecían muchos de los nuestros, felicitándome y nada más… -Bueno, calmate, fue solo un sueño. ¡Dale, vamos a jugar! –le propuso Pétreo. -¡Pero es que yo siento que soñé algo que va a suceder en realidad! ¡Voy a descubrir algo buenísimo, me voy a llenar de gloria, y no me voy a mover de acá hasta que venga la inspiración! -Eh… ¿Y por dónde pensás que va a venir la inspiración esa? ¿Por arriba, por abajo, por aquel costado o por el otro? –preguntó Rosco entre carcajadas. En cambio Pétreo comentó tratando de ser amable: -Homo, tal vez tu sueño se haga realidad, tal vez no, así son los sueños. Pero de algo estoy seguro, no vas a descubrir nada quedándote aquí pensando. La inspiración te llegará cuando menos la esperes… -¡Ja! –Rió Rosco- ¡Lo que faltaba! ¡Un cavernícola filósofo! ¡Mejor vamos a cazar dinosaurios! ¿Eh, Homo? ¿Qué decís? ¿Venís con nosotros? -Bueno está bien –dijo Homo no muy convencido. Y así los tres amigos empezaron a avanzar sobre la vegetación en busca de dinosaurios. Al cabo de horas, exhaustos de buscar se dan cuenta que no hay dinosaurios por ningún lado. Al rato Pétreo se acuerda que la madre le había contado que los dinosaurios se extinguieron antes de que el hombre apareciera. – ¡Claro! ¡Con razón nunca pudimos cazar uno! ¿Y se puede saber por qué no lo dijiste antes? –protestó Rosco. -Y, no les quería arruinar la ilusión. Ya era tarde y no habían podido jugar a nada, mientras Rosco y Pétreo pensaban qué hacer, Homo se puso a pensar en su sueño nuevamente. Hasta que a Pétreo se le ocurre formar una banda musical. Cada uno tenía que inventar un instrumento. Y así, lo convencen a Homo a construir sus instrumentos con el fin de despejarle la mente del sueño. Fabricaron sus instrumentos que, naturalmente eran de piedra y ramas. Cuando estuvo todo listo, corrieron a dar la agradable noticia a los demás cavernícolas: ¡Hoy a la caída del sol, concierto del grupo musical nuevo y único: “La banda Roc-a”! Para la hora indicada la banda empezó a tocar… El público aplaudía a más no poder, Homo, se había inventado unos platillos con dos rocas las cuales golpeaba una contra la otra, y sin querer ¡Hizo su descubrimiento! Porque al raspar las piedras entre sí con tanta energía comenzaron a salir unas pequeñas chispas que fueron a caer sobre un montón de ramas secas, haciéndolas arder con una pequeña llama colorada… Homo se acercó a la llama junto a los demás, sin tocarla. -¡Se siente calorcito! –murmuró Homo- Creo que…que… ¡Hice mi descubrimiento! – ¡Claro que sí, amigo! –le dijo Pétreo, abrazándolo-. ¡De repente adquiriste la admiración de todos! ¡Escuchá! -¡¡¡Grandioso!!! ¡¡¡Grandioso!!! ¡¡¡Grandioso!!! ¡¡¡Viva Homo!!! -¡Yo voy a usarlo para iluminar las noches! –dijo un hombre. -¡Yo para no sentir frío! –dijo otro. -Y yo para preparar los alimentos –dijo una señora. Homo descubrió algo importantísimo esa noche aunque no sabía qué. Él le dio el nombre de FUEGO porque fue un invento Fabuloso, Único, Emocionante, Genial y Original… y las primeras letras de esas palabras le dieron el nombre. FIN. Rodri Madelón.

4 comentarios:

Blog de 4º dijo...

este cuento esta dedicado a juani fernandes alias "el indio"

Blog de 4º dijo...

jajajajaja qe malos qe son

Blog de 4º dijo...

dedicado para Juani, que me conto sobre su vida y se la dediqe en un cuento :P jaja

Blog de 4º dijo...

EXCELENTE:
a)muy buena la estrategia para comenzar el relato (narrador de 1º a 3º persona, lo cual le da un aire de leyenda)
b)posee ingenio, humor y una trama interesante.
c)está muy bien redactado.
d)la imágen es perfecta.
e)el final sorprende (pensaba que inventaría la rueda...) y cierra perfecto.

Te felicito Rodri, espero que sigas escribiendo. Saludos, el profe.